Hace mucho tiempo, cuando empecé a escribir, creía que si mis historias eran lo bastante buenas encontraría una editorial que publicase mis libros, y aunque no soñaba con escribir un "Harry Potter" confiaba en que algún día podría vivir de mis novelas. Pero esto es imposible, por lo menos en España. Así que seguí escribiendo, leyendo, y asistiendo a talleres literarios virtuales; con mi más humilde intención de ser una buena escritora.
Pero por otro lado tuve que seguir con mi oficio de cocinera asalariada todos los días, sin día de descanso (porque lógicamente, vivo en España y las condiciones laborales dejan mucho que desear). Aunque la cocina no sea algo espectacular ni motivador para mi a estas alturas de la vida (pues no pertenezco a la época del "chicote" y "mastercheff"), tampoco es que me desagrade o me moleste mi profesión.
Lo que no soporto es llegar a casa y tener que seguir cocinando porque mi familia tiene hambre. Lo admito, soy una escritora frustrada; me frustra la página en blanco, las editoriales, y la actitud de mi familia. Pero creo que he encontrado la solución a mis problemas.
Al principio pensé en matarlos, sí como lo oyen; porque después de pasar toda la mañana cocinando, llego a casa y tengo que hacer la comida. Y lo peor no es esto, si no que o esta dulce o salada, o dura o demasiad blanda, o no tienen hambre( pero claro, esto último no lo saben decir antes de que empiece a cocinar). Pero todavía queda la guinda del pastel; cuando pido ayuda para recoger la cocina, tirar la basura, o fregar la pila de sartenes y platos. Es algo sorprendente: me quedo sola en la cocina. Desparecen como por arte de magia o fingen que están ocupados en algo muy importante, cuando lo más importante que asoma a sus mentes es ver el final de Los Simpsons.
Y por eso en un principio pensé en matar a mi marido y a mi hijo, y de paso mataba dos pájaros de un tiro, porque la única posibilidad de que te publiquen un libro en España es siendo famoso y garantizándole las ventas al editor.
Es triste pero cierto; lo único que buscan las editoriales es el interés económico, y serían capaces de publicarle un libro hasta a la Belén Esteban. Tal como hicieron en su día con Ana Rosa Quintana (El cual fue un plagio, pero de eso hablaré en otra ocasión). Aquí ,en España, el sensacionalismo y el cotilleo es lo que vende . Y si no eres Belén Esteban tienes que hacer algo muy malo para que un editor te publique, pero malo de verdad. Toda maldad suscita el morbo y al fin y al cabo es lo que a la gente le interesa.
Lo primero que te preguntan las editoriales es que cuantas personas van a comprar tu libro y donde lo vas a promocionar. Yo siempre pensé que el trabajo del escritor terminaba cuando le ponía punto final al libro, pero para los editores es todo lo contrario: el trabajo acaba de empezar para el autor. Búscate la vida para anunciarte en las redes, para hacer cartelería, dispón de un local para presentaciones, contacta con librerías para ir a las ferias, ... Y la editorial, como algo, publicará las fotos que le envíes en su página de Facebook.
Quizás esto resulte curioso para el lector de a pie, pero es la pura realidad. la mayoría de gente no lee, por lo que no compra libros, y las pocas personas que leen pueden leer gratis en Internad. Así que la editorial lo que te pide no es una buena novela, podrías escribir una obra de arte o hasta la segunda parte de Frankenstein; pero si no tienes amigos, seguidores en las redes, y conocidos que te aseguran que van a comprar tu libro, ni si quiera aceptaran tu borrador. Pero si tienes suficientes personas y el editor da por buena esta lista, quizás te publiquen.
Otra opción es hacer algo tan malo como para hacerte famoso y además esto suscita morbo en el lector, seguro que alguna editorial te publica.
Y por eso pensé primero en matar a mi familia...
Pero finalmente tomé otra decisión.
Escribí el libro y lo terminé. Lo mejor de todo es que en el tiempo que me ha costado escribir el libro mi familia no se ha quejado de la comida. Es más, me adulaban diciéndome que estaba sabrosa y hasta fregaban los platos para que al día siguiente siguiera cocinando igual. Aunque lo cierto es que ya no me queda mucha carne en el congelador. Pero tampoco importa porque ya he terminado mi novela. Se llama "La escritora frustrada" y en ella narro como secuestre, descuarticé, y cociné a la hija de mis vecinos. Todavía me quedan algunos trozos de su pequeño cuerpo en el congelador. En la trama del libro también narro como la voy descongelando cada día para hacer un menú diferente. Se que la historia es un poco cutre, pero...¿No es lo que la gente quiere leer? Además también he escrito algunas recetas y consejos sobre cocina: como hablandar la carne, como desmenuzarla, salsas, guisos y demás. Creo que mi libro será todo un éxito. Ya he enviado algunos borradores a las editoriales. Ahora estoy esperando a la policía mientras escribo esto, porque he confesado el crimen hace unos minutos. De lo contrarío no podría hacerme famosa. Espero que con los restos de la niña que todavía me quedan en el congelador tengan suficiente para detenerme, acusarme y sacarme en todos los telediarios. Pero sobre todo espero la llamada de la editorial, creo que voy a ser el próximo besteseller.

